viernes, 19 de abril de 2013

El cinematógrafo

El cinematógrafo

El invento de los Lumière, tenía como antecedente el kinetoscopio de Thomas Edison. Ellos consiguieron fabricar una cámara más portátil y funcional a partir de aquel artefacto, que registraba imágenes en movimiento, aunque no era capaz de reproducirlas. Aunque los hermanos Lumière nunca tuvieron excesiva confianza en las posibilidades técnicas y artísticas del nuevo invento, poco a poco estas proyecciones van atrayendo a un número de espectadores cada vez mayor. Las primeras películas combinaban indistintamente dos tendencias cinematográficas que pronto se escindirían: el cine documental y el cine de ficción. Por un lado exhibían escenas de la vida cotidiana, filmadas en exteriores: trabajadores saliendo de las fábricas, trenes, transeúntes… y, por otro, representaciones escenificadas grabadas en interiores. Algunas de estas cintas a las que nos referimos son las famosas Salida de la fábrica (1895) o La llegada del tren a la estación (1895)

Se distribuyó por todo el mundo, por lo que una gran mayoría de personas había visto tales imágenes en movimiento. Se consideraba como un espectáculo de feria, pero poco después, se reinvindicó como un Arte. A partir de 1910 comienza a producirse en Europa películas de mayor duración y calidad, mientras que, en Estados Unidos empiezan a fundarse los primeros estudios cinematográficos.

Comenzó a surjir problemas, tales como, el forzado conflicto legal, que causó que Estados unidos eliminara la marca Lumière del cinematógrafo. Esto marcó la desligazón del cine europeo y anglosajón. Sin embargo, el cine americano, pese a su producción autóctona continuaba importando filmes franceses, el cual cambia a partir de la Primera Guerra Mundial, en el que la mayor producción de cine pasaría a manos anglosajones.

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